Reflexiones tras la tragedia del Jet Set: Un llamado a la memoria, la resiliencia y la gestión de riesgos
- Escrito por Jorge Reyes
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- Publicado en Opinión
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El silencio que siguió a la tragedia del Jet Set no solo marcó una pausa en nuestra comunidad, sino también en mi propia escritura. Durante semanas, las palabras se sintieron insuficientes para expresar el impacto de lo sucedido. Pero hoy, retomo la pluma para reflexionar, recordar y, sobre todo, analizar cómo la gestión integral de riesgos puede ayudarnos a prevenir futuras tragedias.
Este evento dejó una huella profunda en quienes estuvieron cerca, en los que perdieron a seres queridos y en aquellos que aún intentan comprender cómo una noche de celebración terminó en desastre. Más allá del dolor, surge la necesidad de honrar a quienes ya no están, de aprender de esta experiencia y de construir un futuro donde tragedias como esta no vuelvan a ocurrir.
El impacto de la tragedia
La pérdida dejó cicatrices en familias, amistades y en la esencia misma de nuestra comunidad. El duelo colectivo nos unió en solidaridad, pero también nos recordó lo frágil que puede ser la vida.
Las respuestas han sido diversas. Algunas personas han encontrado consuelo en la comunidad, otras han levantado su voz exigiendo cambios en la seguridad de los establecimientos nocturnos. ¿Cuánto aprendemos de la tragedia? Depende de lo que hagamos con las lecciones que deja.
El valor de la memoria y la prevención
Recordar no es aferrarse al pasado, sino darle un propósito. La escritura es una herramienta poderosa para preservar historias, para evitar que lo ocurrido quede en el olvido. Cada relato ayuda a sanar, cada reflexión abre un espacio para el entendimiento.
La memoria colectiva tiene una responsabilidad: aprender, mejorar y prevenir. Escribir sobre lo ocurrido no es solo un acto personal, sino un compromiso con la historia y con quienes aún buscan respuestas.
Gestión integral de riesgos: una necesidad urgente
Después de un evento devastador como el de Jet Set, la pregunta clave es: ¿Cómo seguimos adelante y evitamos que esto vuelva a ocurrir?
La gestión integral de riesgos es un enfoque que permite identificar, evaluar y mitigar amenazas antes de que se conviertan en crisis. En el contexto de espacios públicos y eventos masivos, esto implica:
- Evaluación de riesgos estructurales: ¿Las instalaciones cumplen con los estándares de seguridad?
- Protocolos de emergencia: ¿Existe un plan claro de evacuación y respuesta ante incidentes?
- Capacitación del personal: ¿Los empleados están preparados para actuar en situaciones de crisis?
- Monitoreo y supervisión: ¿Se realizan inspecciones periódicas para garantizar el cumplimiento de normas?
- Comunicación efectiva: ¿Los asistentes conocen las medidas de seguridad y cómo actuar en caso de emergencia?
La tragedia del Jet Set nos recuerda que la seguridad no puede ser un aspecto secundario en la planificación de eventos. La prevención es la clave para evitar que el dolor se repita.
Capacitación comunitaria y enseñanza de la atención táctica prehospitalaria en entono de alto riesgo (TECC): pilares de la resiliencia.
Uno de los aspectos clave para prevenir y mitigar el impacto de futuras tragedias es la capacitación comunitaria en gestión de riesgos. La educación en prevención y respuesta ante emergencias no debe limitarse a profesionales de seguridad, sino extenderse a la población en general. Escuelas, colegios y organizaciones comunitarias pueden desempeñar un papel crucial en la formación de ciudadanos preparados para actuar en situaciones críticas. La enseñanza de protocolos de evacuación, primeros auxilios y gestión de crisis permite que las comunidades sean más autosuficientes y capaces de responder eficazmente ante eventos inesperados.
En este contexto, la implementación de las directrices del Tactical Emergency Casualty Care (TECC) en instituciones educativas y ONG es una estrategia clave para salvar vidas. El TECC proporciona conocimientos esenciales sobre cómo actuar en escenarios de emergencia, desde el control de hemorragias hasta la estabilización de víctimas en situaciones de alto riesgo. Incluir estos principios en la educación escolar y comunitaria no solo mejora la capacidad de respuesta ante desastres, sino que también fomenta una cultura de prevención y resiliencia. La tragedia del Jet Set nos recuerda que la preparación es la mejor herramienta para enfrentar lo inesperado. Invertir en educación en gestión de riesgos es invertir en seguridad y bienestar para todos.
Retomar la escritura después de esta pausa es más que un acto personal: es un compromiso con la memoria, con la historia y con quienes necesitan encontrar sentido en lo sucedido. Pero también es un llamado a la acción: la gestión integral de riesgos debe ser una prioridad en nuestra sociedad.
Si las palabras tienen el poder de sanar, entonces escribir será nuestra manera de reconstruir. Y si la prevención tiene el poder de salvar vidas, entonces debemos exigir que se implemente con rigor y responsabilidad.
Hoy, este artículo es un primer paso, pero no será el último. Seguiremos escribiendo, seguiremos recordando, seguiremos avanzando.