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Reggaetón: ¿Represión o libertad?

La discriminación constante a este género musical, es la exclusión propia de la sociedad como tal. El Reggaetón no es un invento de grupos, tampoco la rebelión de zonas marginadas. Es la voz de las venas de la humanidad, reflejada en este estilo de música, que se crea con elementos construidos a modo de supervivencia, de la realidad o sentido de la existencia de diversos sectores sociales.

La mayoría de escritos en relación al tema indican que el reggaetón es dañino para la salud, que las personas que escuchan esta música son menos inteligentes, que ocasiona daños en la adolescencia, que es vulgar, que denigra a la mujer, que daña la cultura... es interesante leer estos planteamientos y la manera en que nosotros como entes sociales respondemos a ellos. Las estructuras del sistema y la  irresponsabilidad de los hogares permiten buscar un culpable al desequilibrio social. La seguridad emocional, la formación educativa y humana se brindan en el entorno familiar, se sustentan en los programas de educación, no se busca en las emisoras de radio, ni en la Internet. La cultura no se daña, es la suma de lo que somos.

El papel de la mujer en el contenido de las letras del reggaetón es predominante, lo que en cierto punto agrede la figura femenina, su rol y como se percibe en el sistema cultural machista. Pero lo que para muchos y muchas es un insulto, para algunas mujeres es una identificación, una reafirmación a su identidad. ¿Han sido testigos de mujeres bailando y cantando la música que deberían ser un agravio para ellas? Lo que muestra que la industria trabaja para lo que se consume. En el fondo no son las letras, ni el género, es el machismo que predomina en la sociedad, los modos de educación, la anulación de los valores. El problema es también de interpretación social, que cada cual desde su universo personal descifra una realidad. No existe lo positivo o negativo, ni lo malo ni lo bueno, existen personas prejuiciadas que deciden cómo deben ser las cosas. Reprimir constantemente la libertad, es una forma de violencia.

En el siglo XIX el Tango era concebido un baile "vulgar" por las masas más conservadoras, su aceptación final tuvo que esperar un trascurso de tiempo hasta que fue considerado como una necesidad de expresión popular. Lo mismo pasó con el Merengue y la Bachata. Cada uno de estos géneros en su momento fueron rechazados, etiquetados por la masa considera de "clase alta", que en su esencia marginan y empujan al resto de las clases a comunicar su realidad por los medios que las condiciones le permiten, para luego ser torturadas por los tutumpotes.

El sistema de consumo capitalista, la falta de equilibrio en la distribución de los recursos del Estado, la pérdida del sentido de pertenencia y la carencia de un programa de formación constante de fácil acceso a las clases menos favorecidas, son solo algunas de las causas que invitan a los entes a sustentar su seguridad en los bienes materiales, adquiriendo la mentalidad de sentir poder, de creer que en un arma de fuego se resuelven sus problemas de defensa. En las letras de las canciones de Reggaetón  hay que poner atención a los símbolos de autoridad, muerte y la sed de obtener recursos para ser alguien frente a los demás.

Rossy Díaz explica que "básicamente es, tanto una música para denunciar como para evadir una dura realidad, su orientación en las letras, que comúnmente tratan de ser jocosas, divertidas y con un doble sentido y a veces explicites sobre temas como el sexo, las fiestas, las drogas, la violencia, etc., y  en el baile, con énfasis en lo rítmico, la agresividad gestual, corporalidad sexual, etc. Pero también, estas músicas urbanas, tienen un porqué desde nuestra memoria ancestral, como afrodescendientes".

Resistirse al cambio evita que sepamos lo que somos como sociedad, dónde vamos orientados. La generación actual está adoptando un lenguaje que integrará en la generación del futuro, expresiones vigentes como perreo, sandunguero, dembow, flow, blinblineo, rebuleo, rankeao, entre otras palabras, que aunque no forme parte del vocabulario general, aunque sean criticadas, existen y es el lenguaje de nuestras calles. La novela "Palomos" del escritor dominicano Pedro Antonio Valdez, muestra el uso de esos enunciados, la influencia de poder en los grupos y el ritmo de la música urbana en la Literatura.

Cada persona en su libertad puede elegir lo que quiera escuchar, no es una imposición de aceptar el Reggaetón, pero invito a estudiar los fenómenos de sus orígenes antes de discriminar. El Reggaetón es la represión de muchos y la libertad de otros, pero al final es el reflejo de todos.

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