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Un grito que me sale del alma...¡Dejen de ser asaltantes!

Este artículo va dirigido a fotógrafos, camarógrafos y periodistas que extorsionan a ciudadanos y funcionario.

 

Por Robert Vargas

Este artículo me sale de lo más profundo del alma y va dirigido a una multitud de fotógrafos de prensa, camarógrafos de televisión y periodistas que se han convertido en la vergüenza del ejercicio profesional  del periodismo en República Dominicana.

De antemano, le pido disculpas a quienes puedan sentirse ofendidos, pero no es mi intención ofenderlos, sino aportar para rescatar la decencia en un sector de la prensa que está cada día más podrido.

Un día, hace ya dos años, me visitó en mi casa un diputado con quien conversé en forma amigable sobre distintos temas.

El diputado me comentó sobre el desprecio que sentía por algunos periodistas y reporteros que, cuando se le acercaban, no era en busca de su opinión, sino para pedirle dinero.

El parlamentario no fue quien inició el tema, sino yo.

-"Ya que usted lo dice, me dijo, yo tengo miedo cuando se me acercan algunos porque ya  uno sabe que es a pedir dinero".

Otra día conversaba con un responsable de prensa de una de las cámaras de Congreso Nacional y este me comentó del cuidado que tenía para dar acreditaciones  para cobertura de prensa porque muchos reporteros, fotógrafos y camarógrafos se dedicaban a pedir dinero a lo congresistas.

He conocido que en el Ministerio de las Fuerzas Armadas dos periodistas reconocidos se fueron a los puños por la distribución de un dinero que uno de ellos había pedido.

-"A fulanito los militares no lo quieren en el Ministerio de las Fuerzas Armadas porque se ha convertido casi en ´un asaltante´. Nadie lo enfrenta y no lo sacan de allí porque los oficiales no quieren problemas con los periodistas", me dijo alguien que conoce bien esa fuente y a la que nunca he ido.

Otros periodistas me comentan que cierto restaurante de la avenida San Martín donde organizan ruedas de prensa se ha convertido en escenario de las más frecuentes y bochornosas conductas de una plaga de camarógrafos, fotógrafos y periodistas que, más que profesionales de la prensa, se comportan como vulgares asaltantes "a punta de cámaras y grabadoras".

Esto es asqueroso.

Tan pronto termina la rueda de prensa, o antes, cada uno exige "lo mío".  En el lugar se han producido pleitos entre los trabajadores de la prensa por la distribución de "lo mío".

El miércoles pasado, las autoridades de uno de los municipios de la provincia Santo Domingo organizaron una rueda de prensa para dar a conocer los preparativos del operativo de prevención y salvamento durante la semana Santa.

Al responsable de organizar el encuentro con la prensa se "le cayó" la cara de la vergüenza con lo que vio.

Un  canal de la televisión de la capital envió un equipo integrado por un periodista, un camarógrafo y un chófer.

El camarógrafo no tuvo reparos y, abiertamente, se le lanzó al relacionista y le reclamó "lo mío".

Después el camarógrafo envió al chófer a buscar "lo tuyo".

Finalmente, el periodista gritó  que:

-"¡Diablos! Aquí no le brindan a uno ni agua".

Era claro que no se refería al agua que estaba en la neverita en la misma sala y con muchos vasos higiénicos, sino a otro tipo de "agua".

-"La rueda de prensa me salió bien porque fulano me respaldó con 20 mil pesos, que lo distribuí entre varios de ellos. Si no lo hago, no me sacan la noticia", me dijo el funcionario.

La pasada semana estuve en otra actividad en la que habían importantes funcionarios anunciando la próxima construcción de obras de infraestructuras en el municipio Santo Domingo Este.

Al final, cuando las declaraciones terminaron, un grupo de esos periodistas (hembras y varones) y la mayoría de los camarógrafos y fotógrafos casi "asaltaron" a los que daban las declaraciones y "obligaron" a estos a darle dinero "para una receta" o "para la gasolina".

Cuando los funcionarios se marchaban,  hubo un camarógrafo que llegó tarde junto a su periodistas.

Detuvieron a uno de los funcionarios para que le hiciera un resumen de lo tratado. Eso es normal.

Cuando el resumen concluyó, el funcionario se montó en su vehículo para marcharse.

El camarógrafo se acercó al vehículo, le tocó al vidrio, le dijo algo y el funcionario se metió la mano en el bolsillo y sacó "un quinientón" (así le dicen ellos a las papeletas de 500 pesos) y se la pasó.

Esto, sencillamente es asqueroso y vergonzante.

Se han convertido en verdaderos asaltantes, sin ninguna diferencia de lo que hacen los policías que se detienen a extorsionar a los ciudadanos en cualquier lugar.

Unos lo hacen vestidos de policía y a punta de pistolas y los otro en sus funciones de trabajadores de la prensa armados de cámaras y grabadoras .

Unos y otros se comportan como verdaderos delincuentes, asaltantes.

Este es un tema que nadie quiere tocar porque temen que los periodistas luego no les publiquen sus informaciones.

He conocido que en ciertas redacciones, algunos se pelean por cubrir determinadas actividades porque sus organizadores "caminan", vale decir, dan dinero.

Sin embargo, rechazan otras porque, a su juicio, "esos son unos muertos que no caminan", (No dan dinero).

Ayer le comenté a un buen amigo periodista que escribiría sobre el tema. Se lo dije delante de su camarógrafo y su chófer.

-"Escríbelo, por favor, a mi me da vergüenza lo que está ocurriendo", me dijo.

La situación es tan grave que ayer, al finalizar el acto en el que las autoridades anunciaron el inicio del operativo estatal de prevención en Semana Santa, en el peaje de la autopista de Las Américas, vario de esto periodistas, fotógrafos y camarógrafos se le "lanzaron" al mismísimo jefe de la Policía.

Incluso, observé que hay varios policías especialmente designados para proteger a los jefe de la institución del acoso de estos trabajadores de la prensa, identificados con el mote de "pica pica".

En varias ocasiones algunas personas sencillas, tras hacer una denuncia, nos han preguntado cuánto es el costo de la publicación. Se han sorprendido al informarles que la divulgación de las noticias no cuestan nada; que lo que se cobra es la publicidad.

-"Pero a fulano yo tengo que darle cierta cantidad de dinero cada vez que me publica una noticia", me comentó.

Esa corrupción entre periodistas y camarógrafos se debe, en parte, a Joaquín Balaguer.

Recuerdo que en el año 1990, cuando yo cubría los viajes de Balaguer al interior y sus inauguraciones, al concluir, un funcionario cubano que asistía al jefe del Estado, se ocupaba de distribuir unos sobres a la mayoría de los periodistas y camarógrafos "como dieta".

El asunto ha llegado hasta lo que se practica hoy con desenfado.

Esto que les narro es, sin embargo, apenas una pequeña parte de lo que sucede.  A otros niveles  la cosa es peor.

Creo que el Colegio Dominicano de Periodistas y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa deberían de iniciar una campaña de adecentamiento del ejercicio profesional.

Observen un detalle: los periodistas, fotógrafos, choferes y camarógrafos no libran peleas por subidas salariales en las empresas en las que trabajan.  Prefieren extorsionar a las fuentes de las noticias.

¡Qué asqueroso es todo esto!

Me atrevo a sugerir a ese "sindicato de asaltantes con cámaras y grabadoras", que se organicen, se preparen técnica y profesionalmente y construyan medios periodísticos digitales que se sustenten en la publicidad, no en la extorsión.

Ustedes saben escribir, saben hacer fotografías, son buenos camarógrafos. Sáquenle ventaja a sus capacidades.

Si  no van a pelear en las empresas en las que trabajan por mejoras salariales , como los médicos, los maestros, y otros sectores, entonces busquen su independencia. Construyan sus propios medios de comunicación. Internet es una buena opción.

Pero dejen de ser verdaderos asaltantes.

Dejen de ser como los policías que "picotean" en cualquier esquina.

Tengan dignidad.

Respétense ustedes mismos y a sus hijos.

Todo esto incluye, además, a una multitud de mujeres periodistas que también andan en lo suyo.

El periodismo es otra cosa. No es extorsión.

Le pido disculpas a quienes pudieran haberse ofendido, pero ustedes saben perfectamente a quienes me estoy dirigiendo con este llamado desesperado a practicar la decencia en el periodismo.

Lo penoso es que los directores de muchos medios saben lo que ocurre y se hacen los "chivos loco" ante las acciones de los "pica pica" que tienen en sus plantillas.

A quien le sirva el sombrero, que se lo ajuste como mejor pueda.

(Y no me digan que "entre bomberos no se pisan la manguera").

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