Cotuí da pena

Por Tony Pina
Es poco, nada podría decirse, lo que recibe Cotuí del saqueo impune de sus recursos naturales; y, en cambio, sus habitantes pueblan calles que son verdaderos laberintos para transitar y el municipio verifica uno de los más altos índices de atraso: analfabetismo, insalubridad y los niveles de empleos son de los más bajos en comparación con las demás provincias del Cibao.
Prácticamente, Cotuí sigue siendo aquella cuatricentenaria aldea cuyos hombres abonaron con sangre la dominicanidad perdida cuando la inefable Anexión a España y un benemérito hijo de esa demarcación, el sacerdote Juan Puitberg, en lugar de dar misas a los aldeanos interpretó el verdadero sentimiento cristiano, prestando los bancos de la parroquia para comprometer a los cotuisanos con la causa de la Restauración de la República.
Da pena ver a tantos hombres y mujeres ociosos caminar, calle arriba y calle abajo, por la parte céntrica de la ciudad en busca de una colocación laboral mientras la Barrick Gold gasta tantos millones de pesos en una publicidad engañosa, promocionando tantas mentiras de supuestas inversiones que realiza en un municipio que se cae a pedazos por la falta de empleos.
Da pena ver que tantos comunicadores sociales de Santo Domingo y del propio Cotuí no tengan ojos para ver las perentorias necesidades de un pueblo tan rico en recursos naturales y, sin embargo, los estudiantes carezcan de universidades para realizarse profesionalmente y, por lo tanto, tengan que emigrar.
Los campos de Cotuí son el más evidente indicio del estado de pobreza y abandono, a pesar de tanto oro, tantas piñas y tanta agricultura sembrada en unos predios bendecidos por su fertilidad por la gracias divina. ¡Y de la contaminación de los ríos, ni hablar!
En cambio, el gobierno central con su campaña mediática no se jacta en pregonar que el país ¡ganó! con la cacareada renegociación del contrato con la Barrick Gold, y nada hace en aras de la justa distribución de los más de 2 mil 600 millones de dólares que dice recibirá por concepto de los exiguos beneficios fiscales derivados de las importaciones de los sulfuros que realiza la Barrick Gold.
¡Y tantos periodistas hablándoles mentiras al país a través de la radio, la prensa escrita y la televisión cuando, de manera ostensible, un pueblo tan rico se cae a pedazos!
Cotuí, siendo tan rico, es sin embargo el más abandonado pueblo de la fértil región del Cibao, pero si alguien le pregunta a esos 'hacedores de mentiras' si en la provincia Sánchez Ramírez es verdad que hay calamidades, con las tantas mentiras para las cuales les pagan lo niegan de manera criminal.