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La desviación de Vakeró y Martha Heredia

La conducta social de los "artistas" Manuel Varet Martes (Vakeró) y Martha Heredia, con razón de causa, ha sido cuestionada por la opinión pública. La justicia dominicana registra casos de violencia en Vakeró y recientemente la posesión de narcótico por parte de Heredia. Esta conducta constituye el reflejo del comportamiento de diferentes segmentos socio-económicos de la República Dominicana.

 

La práctica de violencia intrafamiliar de que se le acusa a Vakeró y el tráfico de heroína por parte de Martha Heredia es la manifestación de conductas desviadas, a las cuales no escapan otros sujetos del mundo artístico. Diferentes "artistas" ya han sido juzgados por las mismas conductas. Es decir que Vakeró y Heredia se suman a la cadena de prácticas sociales desviadas.

Es irrebatible que ha habido un quebrantamiento de las normas sociales, pero también es cierto que el comportamiento es el resultado de una cadena de acontecimientos o hechos sociales que han provocado la configuración de una personalidad con una conducta que rompe las reglas del control social. Han saltado la barrera de la tolerancia establecida en la legalidad pública nacional.

Se podría pensar que Heredia, Vakeró, Omega, Don Miguelo, Jinmy Bauer y otros artistas que han violentado las normas y reglas establecidas, han caídos en las redes de violencia y tráfico de drogas por la fama y el poder acumulado a través del arte. Este podría ser un factor. Sin embargo el problema es multifactorial. Lo cual podemos sustentar en las siguientes reflexiones:

El instrumento más poderoso para moldear la conducta es la denominada socialización. Esto es un poco parecido a una expresión que puede responder a "dime con quién interactuaste y te diré como piensas", lo cual no se reduce exclusivamente al círculo de amigos. Va más allá. Sociológicamente esto se explica a través del proceso de socialización, el cual implica asumir principios, normas y valores promovidos desde la familia, la escuela, los grupos de amigos, las iglesias y los grupos comunitarios donde participan los individuos; además de los mensajes que se reciben a través de los medios de comunicación. La interacción social moldea la personalidad y por efecto el comportamiento en la sociedad.

Hipotéticamente la conducta desviada de Martha podría tener su base en el fracaso de expectativas con el bienestar material, la desaforada cultura de consumo, el desenfreno por alcanzar liderazgo, la falta de freno y regulaciones en los círculos íntimos que le rodean  y el aceleramiento irracional de un éxito no alcanzado. Por su lado, es probable que el contenido de las letras y música de Vakeró, totalmente vacía en contenido, se corresponda con la de un individuo desarrollado en un ambiente donde ha habido poco control social o que ha predominado un estado anómico.

Por su parte el rastafarismo de Vakeró, parece ser,  es una ilusión emocional con muy poca o nada de racional. Un rastafari canta a la naturaleza, el amor, la paz, la solidaridad, la humildad y la lucha contra un sistema social injusto. El estilo de vida de Vakeró muestra todo lo contrario. Vakeró podría estar confundiendo el significado (pelo largo y trenzado) con el significante de la cultura rastafari que traspasa la simbología del cabello largo. La concepción de rastafarismo de Vakeró y de muchos jóvenes melenudos es pura ilusión, ficción y emocionalismo sin orientación y pautas en valores. ¡Ojalá! Vakeró sea un gran rastafari porque la sociedad estaría ganando culturalmente. Y ¡Ojala! que Martha Heredia pueda encontrar en los días, semanas, meses o años que podría pasar  en la cárcel la comprensión de la sociedad y ella asimilar la capacidad para administrar sus frustraciones y avanzar a la generación de un pensamiento positivo.

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