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Yo debo decir la verdad, sin que me duela el alma

Carta a Danilo Medina con absoluto respeto, al cumplir el noveno mes de su gestión presidencial.

Letras de la compositora Consuelito Velázquez pudieron inspirar el título de esta Pancarta. Pero al sentarme a escribir, mi fuente de inspiración resultó este mensaje del prócer mexicano Emiliano Zapata: "Voy a decir verdades amargas; pero nada expresaré a usted que no sea cierto, justo y honradamente dicho".

Afirmo recurrentemente que lo que a usted le acreditan de positivo en el acuerdo con la Barrick Gold, se acuña negativo para Leonel Fernández, por haber firmado el contrato que favorece abusivamente a la Barrick, la cual compensó, entre otras cosas, con un diploma insignificante de un club canadiense perteneciente al departamento de relaciones públicas de la trasnacional.

¡No me hagan hablar! Esto para ciertos pontífices de la "libertad de expresión":

Señor presidente Medina: Hace poco, mientras usted cruzaba por un "(¿?) puentecito" sureño, el señor Fernández andaba por África buscando otro pergamino dizque para personas importantes. "Vaya usted a ver", dijo un ciego.

Parafraseando a Zapata, estas verdades amargas, expresan lo "cierto, justo y honradamente dicho".

Llegamos al noveno mes, y la novena de su gobierno sigue dominada por prominentes personajes de la OTAN morada. Si miento, favor desmentirme, señor Presidente.

Van nueve meses, pero no hay un preso por corrupción miembro de la OTAN morada. ¿Falso o verdadero?

Según la naturaleza, tras 9 meses de embarazo llega el parto. Se habla de casi novecientas protestas sociales. Si no es un récord, es buen "average".

Aunque usted no se sienta culpable, lo cierto es que la mayoría de los manifestantes reclaman a su gestión con frustración.

Las casi 900 protestas revelan una profunda crisis que no se resuelve con paños tibios. Analistas coinciden en que usted carece de remedios para ese malestar social.

Señor Presidente: el noveno mes de su gobierno llega simultáneamente con la prolongación de Petrocaribe.

Pero el pueblo, el pueblo, pueblo dominicano, sigue a la espera de los proclamados beneficios del sacrificio del pueblo bolivariano. Hay mucha tela que cortar en este proyecto aprovechado con múltiples beneficios por la OTAN morada.

Disculpe, señor presidente Medina.

Modestia aparte, soy un periodista no vendido.

Emulando a Emiliano Zapata, prefiero decir verdades, sin que me duela el alma.

"¡No digamos jamás la mentira...!".

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