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La Chiva Gloria y el arte público

Por Abil Peralta Agüero. A la galerista Mildred Canahuate el país la reconoce como la gestora que cultural que en la última mitad de la década de los 80, junto al acompañamiento de un grupo de profesionales, tuvo el mérito de recuperar del dramático estado de crisis en que se encontraba el dibujo como fundamento de las artes plásticas y visuales.

 

Logró reposicionar su vigencia y atención en la agenda creativa del país y en los concursos bienales de arte, desde la Fundación de Arte Arawak Inc., con la creacion de las ferias del dibujo; el Salón de Dibujo de Santo Domingo, con amplia proyección nacional e internacional, y finalmente, mediante la creación e instalación del Museo del Dibujo Contemporáneo MUDIC (actualmente en suspensión transitoria), y del cual soy su director titular.

Emprender esas tareas significó grandes cuotas de esfuerzos, trabajo arduo y recursos económicos, en la mayoría de los casos personales y familiares. Doña Mildred desde su condición de incansable trabajadora en favor del arte nacional, en los actuales momentos impulsa un innovador proyecto de arte público marcado por una hibridación de los géneros escultura y pintura, estética y estilisticamente asociado al pop art en cuanto las intervenciones cromáticas de las piezas, y al cubismo en cuento al modelado escultórico y estructura construccional de las obras, cuya base referente-modelo es una excelente concepción escultórica y arquitectónica (en su relación con el espacio público abierto o cerrado) de la autoría del destacado artista Antonio Guadalupe.

Aunque no estuve presente en la presentación de credenciales de este proyecto en el Museo de Arte Moderno, si reservé una mañana completa para reunirme con Mildred para estimularla, apoyarla y aproximarme para conocer los alcances de este proyecto cargado de un fuerte sentido identitario, que sin reserva, debe ser asumido por las instancias correspondientes del Estado Dominicano, como en la construcción de las escuelas y estructuras viales, puentes y carreteras que se levantan en todo el país, más básicamente en las rutas del sur y el sur profundo, dada la condición de sujeto icónico, no solo identificado a la cultura y códigos antropológicos del sur, sino a toda la naturaleza cultural de los dominicanos.

Igual visión debería tener el alto empresariado nacional para impregnar de identidad cultural espacios públicos relacionados con sus respectivas marcas. Seguiré reflexionando sobre la importancia de La Chiva Gloria, que desde ya es la señal más palpitante del arte público contemporáneo del país en lo que va del siglo XXI.

Busque libremente en Google "La Chiva Gloria", y verá aún mucho más sobre este proyecto artístico y cultural, portador de un diseño y caracterología formal e imagen directamente complementarios de la paisajística y estética del tejido urbano de nuestras ciudades y espacios públicos rurales.

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